San Adrián de Canterbury

 

                                                  Abad de Canterbury. 710.

Africano por nacimiento. Según los textos de Beda, San Adrián fue un nativo bereber​ greco-parlante del Norte de ÁfricaFue Abad de Nérida, un monasterio Benedictino cerca de Nápoles, cuando era muy joven. El Papa Vitalino pensó designarlo Arzobispo de Canterbury para suceder a San Deusdedit que había muerto en el 664, pero Adrián consideró inmerecida tan gran dignidad, y pidió al Papa que nombrara a San Teodoro, monje griego, en su lugar.

  El Papa accedió, con la condición que Adrián debía acompañar a Teodoro a Inglaterra y ser su consejero, en la administración de la diócesis de Canterbury. Ellos dejaron Roma en el 668, pero Adrián fue detenido en Francia por Ebroin, el Alcalde del Palacio, quien sospechó que tenía una misión secreta del Emperador Oriental, Constante II, para los reyes ingleses.

Después de 2 años, Ebroin encontró que su sospecha había sido infundada y dejó a Adrián proseguir a Inglaterra. Inmediatamente, a su llegada a Inglaterra, el Arzobispo Teodoro lo nombró Abad de San Peter en Canterbury, un monasterio que, habiendo sido fundado por San Agustín el Apóstol de Inglaterra, fue conocido luego como San Austin. Adrián acompañó a Teodoro en sus visitas apostólicas por Inglaterra y con su consejo prudente y cooperación ayudó al Arzobispo, en el gran trabajo de unificar las costumbres y prácticas de la Iglesia anglosajona, con las de la Iglesia de Roma.

Bajo su dirección la Escuela de Canterbury se convirtió en centro del aprendizaje inglés. Estableció numerosas escuelas en varias partes de Inglaterra. En esas escuelas de Adrián fueron educados muchos de los santos, estudiosos y misioneros que durante el próximo siglo volvieron a encender la luz declinante de la fe, enseñando en Francia y Alemania. Debido a ese gran afán de la divulgación de la palabra, el rey Alfredo de Inglaterra nombra a Adrián en el prefacio de la traducción de la pastoral del Papa Gregorio I  Liber Pastoralis Curae. Adrián, que sobrevivió a su amigo arzobispo y de haber vivido 39 años en Inglaterra, murió en su monasterio de Canterbury y fue enterrando en la iglesia del monasterio.

Goscelino de Canterbury nos ha dejado una narración muy interesante del descubrimiento de los restos de San Adrián, que se hallaban incorruptos y despedían una suave fragancia. Las recientes excavaciones confirman este relato. La tumba de San Adrián se hizo famosa por los milagros en ella obrados, según nos dice Goscelino, citado por Guillermo de Malmesbury.

Comentarios

Entradas populares