San Agatón

Papa. 681.
Papa N° 79 de la Iglesia Católica. Nació hacia fines del siglo VI en el año 577 en Sicilia
y murió en Roma, en 681. Natural de Palermo (Sicilia), hijo de familia
adinerada, a la muerte de su padre vendió todos los bienes que le tocaron en
herencia, distribuyó entre los pobres el producto obtenido e ingresó en la
Orden de San Benito, en calidad de lego (personal de servicio) en el monasterio
de San Hermes, de su ciudad natal. Llevó una vida que resplandeció por su
ejemplaridad, que atrajo multitud de personas de la jerarquía eclesiástica a
pedirle consejo.
El Papa Dono consideró que a pesar de
no tener los estudios necesarios, era digno de recibir las órdenes
sacerdotales, por lo que le consagró el año 677, siendo ya un venerable anciano.
Poco después de que Agatón fue electo
Papa, San Wilfred, Arzobispo de York, quien había sido injustamente y fuera de
todo canon, depuesto de su sede por Teodoro de Canterbury, fue a Roma a invocar
la ayuda de la Santa Sede a su favor. En un Concilio en el Palacio Lateranense
para investigar el caso, Wilfred fue ratificado en su sede. El principal evento
en el pontificado de Agatón es, sin embargo, el VI Concilio Ecuménico llevado a
cabo en Constantinopla en 680, el cuál fue presidido por delegados del Papa y
que prácticamente terminó con la herejía monotelista.
Antes de que los decretos del Concilio llegaran a Roma para su aprobación por el Papa, Agatón había muerto. Falleció el 10 de enero de 681 y es venerado como santo tanto por la Iglesia Católica como por la Iglesia Ortodoxa. Se le considera el Pontífice más anciano de la historia, pues se especula que muriese con más de 100 años. Fue sepultado en San Pedro en 681. El Papa Agatón fue extraordinario en su afabilidad y caridad. Debido a los muchos milagros que hizo, ha sido llamado Taumaturgo o Hacedor de Maravillas.
Fue el promotor del canto litúrgico en
Inglaterra, a donde mandó cantores para que lo enseñaran al clero de aquel
país. Consiguió abolir el tributo que exigían los Emperadores a los Papas en el
momento de su elección.
Monotelismo:
Se conoce bajo este nombre al conjunto
de doctrinas desarrolladas en el Siglo VII por el Patriarca de Constantinopla,
Sergio. Este, con la finalidad de combatir la herejía Monofisista, propuso que
en Cristo había una sola voluntad y dos naturalezas. Sus doctrinas fueron
apoyadas por el Emperador Heraclio y recepcionada por la Iglesia Armenia y por
los monofisistas de Egipto. Luego de los éxitos obtenidos en una primera etapa,
y gracias al accionar de un gran apologista como lo fue San Máximo, el
Confesor, la herejía monotelista fue condenada en el III Concilio de
Constantinopla (680-681) desarrollado durante los pontificados de San Agatón
(678-681) y de San León II (681-683). Allí los padres conciliares reafirmaron
la doctrina de las dos voluntades y de la doble operación en Cristo, “sin
división, sin conmutación, sin separación y sin confusión, según la enseñanza
de los Santos Padres”.
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