San Alejandro de Capadocia
Obispo de Capadocia (Turquía). Mártir. 251.
De una familia pagana, Alejandro recibió una esmerada educación cultural. Se convirtió al cristianismo después de haber entrado en contacto con varios movimientos religiosos y filosóficos de la época. San Alejandro, junto con Orígenes, fue estudiante de la gran escuela Cristiana de Alejandría; primero estuvo bajo la dirección de San Panteno y luego bajo la de su sucesor Clemente. Fue nombrado Obispo de su ciudad natal, Capadocia, y durante la persecución de Severo hizo su profesión de fe. Aunque no lo mataron, fue encarcelado por varios años hasta el principio del reinado de Caracalla.
Su maestro Clemente, que había sido obligado a abandonar Alejandría, se comprometió a llevar una carta de Alejandro a la Iglesia de Antioquía, en la que enviaba la enhorabuena por la elección de San Asclepíades; noticia que había aligerado las cadenas a las que estaba sujeto, según él comentaba. Cuando obtuvo la libertad, hizo una peregrinación a Jerusalén, y ahí fue elegido por el pueblo para Coadjutor del Obispo de aquella sede, debido a una señal del cielo. Esta era la primera vez en la historia de la Iglesia que se daba el caso de un coadjutorado y translación episcopal; acaeció en el año 212 y tuvo que ser ratificado por la jerarquía de Palestina en un Concilio. Estando dos Obispos en el gobierno de la Iglesia de Jerusalén, Alejandro escribía a otra sede: "Os saludo en nombre de Narciso, quien a la edad de 116 años, nos pide que vivamos en inviolable paz y unión".
San Alejandro tuvo un conflicto con el Obispo Demetrio de Alejandría, quien le censuró por haber tomado parte en la ordenación de Orígenes y por haberlo alentado a predicar en las iglesias, cuando era aún seglar. Durante su episcopado tuvo que ocuparse de la discusión entre el teólogo Orígenes -a quien conocía desde los tiempos de Alejandría- y sus superiores. En efecto, Orígenes había recibido del obispo de Alejandría la tarea de dirigir una escuela de catecismo, pero el teólogo también comenzó a enseñar las ciencias profanas, sobre todo la filosofía, convencido de que es precisamente la enseñanza de la religión la que necesita una mayor profundización cultural. Aunque Orígenes era laico, predicaba en las iglesias y esto causó mucho malestar a su obispo que le prohibió explicar las Escrituras públicamente, excepto en presencia de un pastor. En cambio, Alejandro, impresionado por la profundidad del pensamiento del teólogo, lo defendió y lo ordenó sacerdote en el año 230 para que pudiera continuar sin dificultad su predicación tan valiosa, que se difundió desde Cesárea hasta la ciudad misma de Jerusalén.
Por testimonio de Orígenes sabemos que Alejandro de Jerusalén sobresalía entre todos los prelados por su mansedumbre, dulzura y discernimiento. Hizo grandes beneficios a la ciudad; entre otros, le dio una biblioteca de obras teológicas, que todavía existía cuando Eusebio escribió y de la que hizo constante uso. En la persecución de Decio, San Alejandro fue aprehendido e hizo su segunda confesión pública. Fue condenado a las fieras, pero no pudieron hacer que lo atacaran; entonces fue llevado prisionero a Cesárea, donde murió en cadenas. La Iglesia lo reconoce como mártir.
Fue Alejandro quien permitió que Orígenes, entonces un laico, pudiera hablar en las iglesias. Por esta concesión fue cuestionado, pero se defendió con los ejemplos de otros permisos de la misma naturaleza dados incluso al mismo Orígenes en otros lugares, incluso a pesar de su juventud. Butler dice que ellos estudiaron juntos en la gran escuela cristiana de Alejandría. Alejandro lo ordenó sacerdote. Es venerado por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.




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