San Elredo o Alfredo de Rieval

 

                                                                         Abad. 1166.

Abad de Rievaulx, escritor de homilías e historiador. San Elredo, cuyo nombre también ha sido escrito como Aelred, Ailred y Ethelred, fue hijo de uno de aquellos sacerdotes casados de los cuales muchos se pueden encontrar en Inglaterra en los siglos XI y XII.

 Nació en Hexham en Inglaterra en el año 1110. A temprana edad conoció a David, el hijo menor de Santa Margarita, quien poco después fue Rey de Escocia, en cuya corte aparentemente actuó por algunos años como un tipo de paje, o acompañante para el joven Príncipe Enrique. El Rey David amaba al pío joven inglés, le promovió a su hogar, y deseaba hacerle Obispo, pero Elredo decidió convertirse en monje cisterciense, en la recientemente fundada Abadía de Rievaulx en Yorkshire.

Pronto fue nombrado Maestro de novicios, y por mucho tiempo fue recordado por su extraordinaria paciencia y ternura hacia aquellos a su cargo. En 1143 mientras Guillermo, Earl de Lincoln, fundó una nueva abadía cisterciense en sus tierras en Revesby en Lincolnshire, San Elredo fue enviado con 12 monjes a tomar posesión de la nueva fundación. Su estadía en Revesby, donde parece haber conocido a San Gilberto de Sempringham, no fue larga, pues en 1146 fue elegido Abad de Rievaulx. En este puesto el santo no sólo fue superior de una comunidad de 300 monjes, sino que estuvo a la cabeza de todos los abades cistercienses en Inglaterra. Las causas le eran referidas, y con frecuencia tenía que hacer largos viajes para visitar los monasterios de su Orden. 

Un viaje tal le llevó en 1153 a Escocia, donde se encontró con el Rey David por última vez y a su regreso a Rievaulx poco después le llegó la noticia de la muerte de David, por lo que trazó un bosquejo sobre el personaje del fallecido Rey, a manera de pésame. Parece haber ejercido influencia considerable sobre Enrique II en los primeros años de su reinado, y haberle persuadido de unirse a Luis VII de Francia para encontrarse con el Papa Alejandro III, en Touci en 1162. Aunque sufría de una complicación de males muy dolorosos, viajó a Francia para asistir a la reunión general de su Orden.

 Estuvo presente en la Abadía de Westminster, en la traslación de San Eduardo el Confesor, en 1163, y en vista de este evento, escribió la biografía del santo Rey y dio una homilía dedicada a él. Al año siguiente Elredo efectuó una misión a las tribus bárbaras Pictish de Galloway, donde se dice que su jefe se conmovió tan profundamente por sus exhortaciones que se convirtió en monje.

La Iglesia Católica y la Comunión Anglicana lo veneran como santo. Además de los numerosos sermones litúrgicos predicados a su comunidad de Rieval, y después editados por él mismo, Elredo es conocido por su tratado teológico sobre el amor, "De Speculo caritatis" (‘El espejo de la caridad’) y, sobre todo, puesto que es la obra que lo hizo famoso, por el tratado sobre la amistad espiritual, "De spiritali amicitia", un texto que fue leído y releído durante toda la Edad Media en los noviciados cistercienses, y del cual nos han llegado numerosos manuscritos. Estas dos obras se complementan, en cuanto que la primera trata del amor como virtud teologal, es decir, en relación a Dios, y la segunda del amor humano, que Elredo concreta en la amistad como camino de acceso al amor teologal.

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