San Lorenzo de Brindisi

 

                                              Capuchino. Doctor de la Iglesia. 1619.

Nacido en Brindisi (Italia) en 1559; muere en Lisboa (Portugal). Cuando tuvo 12 años de edad su padre falleció. Él continuó sus estudios en Venecia con los clérigos de San Marcos y bajo la supervisión de uno de sus tíos.

Siendo adolescente tocó las puertas de los franciscanos capuchinos, y fue recibido por ellos con beneplácito. Lorenzo se descubría llamado a ser santo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís. En 1575, fue recibido en la Orden de los Capuchinos bajo el nombre de Hermano Lorenzo y luego de su carrera, hizo sus estudios filosóficos y teológicos en la Universidad de Padua. Debido a su prodigiosa memoria aprendió no solo los principales lenguajes europeos, sino que además la mayoría de las lenguas semíticas.

Cuando pidió ser admitido como capuchino, el Superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: "Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?." "Sí, lo habrá", respondió el Superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a Él, cualquier padecimiento". Con el hábito religioso recibió el nombre de Lorenzo.

Durante sus estudios de filosofía y teología en la Universidad de Padua, se distinguió por su extraordinario dominio de lenguas: aprendió el griego, el hebreo, el alemán, el bohemio, el francés, el español y llegó a conocer muy a fondo el texto de la Biblia. Por su gran don de prédica, siendo diácono, le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años consecutivos. La gente vibraba de emoción al oír sus sermones, y muchas eran las conversiones.

Después de su ordenación sacerdotal, predicó con gran fruto en Padua, Verona, Vicenza y otras ciudades del norte de Italia. En 1596, pasó a Roma a ejercer el cargo de definidor de su Orden, y el Papa Clemente VIII le pidió que trabajase especialmente por la conversión de los judíos. Tuvo en ello gran éxito, ya que a su erudición y santidad de vida unía un profundo conocimiento del hebreo.

Un sacerdote le preguntó: "Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar?- ¿A su formidable memoria?". Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo".

Con posterioridad, por felicitaciones de numerosos diarios, fue facultado para evangelizar en diferentes periodos a la mayoría de los países de Europa. El Hermano Lorenzo tuvo sucesivamente todos los cargos de su Orden. Desde 1596 a 1602, estuvo como Decisor General al fijar su residencia en Roma. Clemente VIII le asignó la tarea de instruir a los judíos; gracias a su conocimiento del hebreo y a su poderoso razonamiento, trajo un gran numero de ellos a reconocer la verdad de la religión cristiana.

San Lorenzo fue también ejemplo de vida ascética: dormía sobre tablas, se levantaba en las noches a rezar salmos, ayunaba con pan y verduras, huía de recibir honores y trataba de estar siempre alegre y de buen humor con todos.

Estando en Alemania, uniendo fuerzas con el Beato Benito de Urbino, se dedicó a la atención de las víctimas de la peste que asoló aquellas tierras. También, al lado de Benito, fundó conventos en Praga, Viena y Gorizia. 

Su santidad, combinada con su gran bondad, completaba la preparación del camino para la gracia de la conversión. Su éxito en Roma, le causó que fuera llamado de varias ciudades, donde bautizó a numerosos judíos.

 Al mismo tiempo fue comisionado para establecer casas de su Orden en Alemania y Austria. Entre las grandes dificultades creadas por los herejes, fundó los conventos de Viena, Praga y Gratz, el núcleo de tres provincias.

Fue en ocasión de la fundación del Convento de Praga en 1601, que San Lorenzo fue nombrado Capellán de la Armada Imperial, luego de lo cual marchó contra los turcos. La victoria de Lepanto en 1571, había solo temporariamente controlado la invasión musulmana y varias batallas fueron aun necesarias para asegurar el triunfo final de las armas cristianas.



 Mahoma III, desde su asunción en 1595, había conquistado  a gran parte de Hungría. El Emperador, determinó para prevenir futuros avances, enviar a Lorenzo de Brindisi como Delegado ante los Príncipes germanos para obtener su cooperación. Ellos respondieron su apelación, y además el Duque de Mercœur, Gobernador de Bretaña, reunió la Armada Imperial, de la cual él recibió el comando efectivo.


 El ataque sobre Albe-Royal (ahora Stulweissenburg) fue contemplado. Para llevar al combate 18.000 hombres contra 80.000 turcos fue un emprendimiento atrevido y los Generales, titubeantes apelaron al consejo de Lorenzo. Sintiéndose responsable por la victoria, él comunicó a toda la armada en un encendido discurso el ardor y confianza con la cual él mismo se encontraba animado. Como su debilidad lo prevenía de marchar, se montó en su caballo, y cruz en mano, tomó el mando de la armada, lo cual dio como resultado que lo siguieran irresistiblemente. Tres otros capuchinos tuvieron además rangos en la armada.

Aunque la mayoría expuso sus temores, Lorenzo no fue herido, lo cual fue universalmente reconocido como asociado a una protección milagrosa. La ciudad fue finalmente tomada, y los turcos perdieron 30.000 hombres. Sin embargo como ellos aun excedían en número a la armada cristiana, formaron sus líneas nuevamente, y pocos días después otra batalla fue librada. Siempre el Capellán fue quien encabezó la armada. “Adelante” les gritó, mostrándoles el crucifijo, “la Victoria es nuestra.” Los turcos nuevamente fueron vencidos, y el honor de su doble victoria fue atribuido por el General y la armada entera a Lorenzo.

De vuelta tras la victoria, el Santo se detuvo en el convento de Gorizia, donde el Señor se le apareció mientras estaba en el coro y le dio con sus manos la Santa Comunión.

En Praga tuvo una disputa con el luterano Policarpo Leiser, teólogo, escritor y predicador de la corte del Príncipe Elector de Sajonia. Reflejo de aquella disputa es la Lutheranismi hypotyposis, manual práctico de apología de la fe católica y refutación de la interpretación protestante. El vigor de la dialéctica teológica está sostenido por la exactitud del estudioso, que se informa sobre la génesis histórica y doctrinal del protestantismo directamente: en la literatura y en los símbolos protestantes, en una cuarentena de autores reformados, sin excluir los manuscritos y los libelos, además de las obras de Lutero. En esta empresa defensiva y confirmativa al mismo tiempo, característica de una época, la Contrarreforma, en la que la controversia adquirió tanta importancia, Lorenzo emula, con acentuación polémica, la acción de Pedro Canisio, y simplifica, para el uso ministerial, el método escolástico de las Disputationes de Roberto BelarminoLa proclamación de Lorenzo como Doctor de la Iglesia es la confirmación de tan excelente magisterio. Pero se tiene la convicción de que todavía ocultan los archivos europeos muchos documentos interesantes que podrán dar luz sobre su actividad doctrinal anti-protestante.

Habiendo resignado su puesto de Vicario General en 1605, fue enviado por el Papa para evangelizar Alemania. Él confirmó la fe de los católicos, atrayendo gran cantidad a la práctica de la virtud, y convirtiendo varios herejes. Para proteger la Fe más eficazmente en sus estados, los Príncipes católicos de Alemania formaron la alianza llamada la “Liga Católica”.

 El Emperador Rodolfo envió a Lorenzo, a Felipe III de España para persuadirlo de unirse a la Liga. Habiendo completado su misión exitosamente, el santo embajador recibió el doble mandato por virtud de la cual tuvo que representar los intereses del Papa y de Madrid en la corte de Maximiliano de Baviera, cabeza de la Liga. Él fue así, en contra de sus deseos, compelido a acordar en Múnich cerca de Maximiliano.

Además de Nuncio y Embajador, Lorenzo fue además Comisario General de su Orden para las provincias del Tirol y Bavaria, y Director Espiritual de la Armada de Bavaria.  Fue elegido como mediador en la disputa que surgió entre los príncipes, y fue en cumplimiento de su tarea que, a pedido del Emperador, restauró la armonía entre el Duque de Mantova y la nobleza alemana. Además de todas estas ocupaciones, tomó parte con la asistencia de varios capuchinos, de una campaña misionera a través de Alemania, y por ocho meses viajó por Bavaria, Sajonia y Palatinate.

San Lorenzo regresó entonces a su convento y ahí falleció el día de su cumpleaños, 22 de julio de 1619. Cumplía 60 años. Fue sepultado en el cementerio de las Clarisas Pobres de Villafranca. 


Su beatificación tuvo lugar en 1783; durante el proceso, se examinaron a fondo sus escritos. Dejó escritos 15 volúmenes de enseñanzas, entre ellos 800 sermones muy sabios. También un comentario del Génesis y algunas obras contra Lutero. San Lorenzo fue canonizado en 1881. En 1959, el Papa Juan XXIII le dio el título de Doctor de la Iglesia ("doctor apostolicus"). Con San Antonio, San Buenaventura y el Beato Juan Duns Scotus,  es Doctor de la Orden Franciscana.

                       Reliquias del Santo en el Monasterio de la Anunciada (España)

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