Santos Nazario y Celso

 

                                                               Mártires. 68.

Nazario nació en Roma. Su padre era un acaudalado caballero pagano, oriundo del norte de África. Su madre, fervorosa cristiana había nacido en Roma; la Iglesia la venera con el nombre de Santa Perpetua. Se cree que fue bautizado por el Papa San Lino, sucesor de San Pedro en la sede romana.


Inflamada su alma de amor divino, resolvió salir de Roma para dedicarse a la salvación de las almas menos favorecidas. Predicó en nombre de Jesucristo. "Los pobres son su prójimo", decían los del lugar. A lo que él replicaba; "Son más que mi prójimo; son mis hermanos, mis hijos en espíritu" . Y en provecho de ellos vendió sus vastas heredades, vistió el sayal de peregrino y comenzó su misión evangelizadora con los menesterosos, los enfermos y los huérfanos.


Recorrió Florencia y se dirigió a la ciudad de Milán. El gobernador Anolino interrogó a los guardias: "¿,Quién es ese hombre que habla sobre la fe de un nazareno llamado Jesús y todos lo siguen?" Dio orden de que lo encarcelaran y al día siguiente se presentó en su celda. Su presencia llevaba un fin: persuadirlo a que adorase a los dioses de Roma. Como Nazario se negase, fue flagelado y expulsado de Milán. 


Llevó entonces a la Galia su prédica evangelizadora. Un domingo, orando en la población de Melia, una mujer, llamada Marionilla, llegó con un niño, su hijo. "Aquí está Celso le dijo, para que lo bautices y lo instruyas en tu fe, la que recompensa con la vida eterna".

La gracia del Señor resplandeció sobre Celso. Nazario y Celso, maestro y discípulo, sembraron, con sus eficaces pláticas y la ejemplaridad de sus vidas, aquella semilla de la cual habla el evangelio; y esta semilla "cayó toda en tierra fértil". En la ciudad de Tréveris ambos realizaron milagros. En compañía de los recién convertidos entonaban cánticos sagrados y en las procesiones pregonaban la paz entre los hermanos y entre los pueblos.

Arrestados los dos y llevados a la cárcel, se los condenó a muerte. La tradición refiere que fueron milagrosamente salvados y volvieron a Italia. En Milán, el gobernador Anolino por segunda vez los hizo encarcelar. 


Como Nazario era ciudadano romano y pertenecía a la nobleza, el gobernador consultó la sentencia con Nerón. Conducidos a la plaza mayor de Milán, fueron decapitados, el 28 de julio del año 68. Los cristianos recogieron sus cadáveres y los sepultaron en un huerto de extramuros.


La única información histórica que poseemos con relación a estos dos mártires es el descubrimiento de sus cuerpos por San Ambrosio. Paulinus, después de la muerte del Emperador Teodocio en el 395, descubrió en un jardín fuera de los muros de Milán, el cuerpo de San Nazario, con su cabeza rígida y aún manchada con sangre y por él, fue enviada a la Basílica de los Apóstoles. En el mismo jardín, Ambrosio del mismo modo descubrió el cuerpo de San Celso por quien fue trasladado a la misma Basílica.


Una leyenda posterior, sin fundamento histórico, ubica el martirio de estos testigos de la fe, durante la persecución de Nerón y describe con muchos detalles los supuestos viajes de San Nazario a través de la Galia e Italia.

Comentarios

Entradas populares