Soldados. Mártires. 303.
Murieron en la persecución de Diocleciano en Coele, Siria. Su martirio es bien autentificado por los primeros martirologios y por la antigua veneración que se les rendía, así como por
historiadores como Teodoreto.
Eran oficiales del ejército romano en la frontera, siendo Sergio, el
Comandante de la Escuela de reclutas, y Baco su subalterno. Ambos gozaban del
favor del Emperador Maximiano, hasta que un día cayó en la cuenta de que,
cuando iba al templo de Júpiter a ofrecer sacrificios, ambos oficiales se
quedaban en la puerta.
Inmediatamente los mandó llamar para que tomasen parte
en la ceremonia. Como se negasen a ello, ordenó que se les despojase de sus
armas y sus insignias militares, que se los vistiese como mujeres y se los
llevase así por toda la ciudad. Después, los desterró a Rosafa, en la
Mesopotamia, donde el gobernador los mandó azotar tan cruelmente, que Baco
murió en el tormento. Su cuerpo fue arrojado a la calle, donde los cuervos lo
defendieron de la voracidad de los perros (lo mismo se cuenta de otros santos).
Sergio, sin embargo, tuvo que soportar mucho más sufrimiento; entre otras
torturas, como relata la leyenda, tenía que correr 18 millas en zapatos cuyas
plantas estaban cubiertas con uñas afiladas y puntiagudas que le atravesaron
los pies. Finalmente fue decapitado.En el año 431, Alejandro, Metropolitano de Hierápolis, mandó restaurar y
embellecer la iglesia que se levantaba sobre el sepulcro de San Sergio. En el
siglo VI, los muros de dicha iglesia estaban cubiertos de plata. Alejandro
gastó mucho dinero en la reconstrucción de la iglesia, de suerte que se molestó
cuando, tres años después, Rosafa fue transformada en diócesis e independizada
de su jurisdicción.
En recuerdo del mártir, la ciudad tomó el nombre de
Sergiópolis; Justiniano la fortificó y honró particularmente la memoria de los
dos mártires. La iglesia de Rosafa era una de las más famosas del Oriente.
Sergio y Baco, junto con los dos Teodoros, Demetrio, Procopio y Jorge, eran los
protectores del ejército de Bizancio.
El lugar donde fueron enterrados Sergio y
Baco, estaba en uno de los extremos de la ciudad de Resaph. En honor de Sergio,
el Emperador Justiniano también construyó iglesias en Constantinopla y Acre; la
de Constantinopla, ahora mezquita, es un gran trabajo de arte bizantino.
Se ha conservado una Pasión de San Sergio y San Baco cuyo original está escrito en griego y del que se dispone también de varias versiones latinas posteriores (algunas con variantes muy notables respecto al original).
La estrecha relación entre ambos llevó a John Boswell a crear la controversial hipótesis de una relación romántica entre los santos. Según Boswell, algunos textos antiguos de su martirologio, en griego, les describirían como erastai, o amantes. Boswell consecuentemente considera su relación como un ejemplo de las parejas homosexuales del principio del cristianismo, reflejando (según él) una tolerancia hacia la homosexualidad de los primeros cristianos. El artista Robert Lentz siguió este punto de vista retratándoles como una pareja homosexual en una pintura de iconografía religiosa. Boswell señaló decenas de manuscritos originales, que según él, presentarían rituales religiosos matrimoniales efectuados durante toda la Edad Media por sacerdotes católicos y ortodoxos dentro de las iglesias para consagrar bodas entre personas del mismo sexo. Para llegar a sus conclusiones, Boswell recorrió todas las grandes bibliotecas de Europa, incluida la Vaticana, donde alegó haber encontrado muchos de sus manuscritos. Como resultado creyó haber obtenido 80 manuscritos originales de las ceremonias de bodas homosexuales, en las que se invocaba como protectores a San Sergio y San Baco.
David Woods tachó de superficiales algunos de los argumentos de Boswell. Otros historiadores y analistas bizantinos, en concordancia con la postura oficial de la Iglesia Ortodoxa, argumentan que la antigua tradición oriental de adelfopoiesis, que se hacía como una forma de "hermandad" en el nombre de Dios y que se ha asociado a estos dos santos no tenía carácter sexual. La metodología y las conclusiones de Boswell han sido severamente criticadas por otros historiadores además de David Woods, Robing Darling Young y Brent Shaw.

Si fueron pareja, la cosa es de risa, pues los que así lo proclaman no aportan ni una sola prueba, ni dicen de donde lo sacan. Dicen “las actas” una y otra vez, sin decir a que Actas se refieren. ¿A las primitivas? A las de Simeón Metafrastre, que son las más antiguas y conocidas, retomadas por La Vorágine, no se refieren, porque los Bolandistas la traen en su “Analecta”, y no aparece ese término, ni en latín ni en griego. Nadie aporta nada, por lo cual fácilmente puede ser una invención. Pero vamos a suponer que efectivamente, en algunas Actas se emplee el término “ερασταί” (erastai). Palabra que los defensores de de esta teoría “ traducen como amantes, simplemente. Pero yerran por malicia y, los más, por ignorancia, por repetirse unos a otros.
El término ερασταί (erastai), es el plural de εραστές (amante), pero este es un término utilizado en el griego antiguo para referirse a la relación pedófila de un adulto con un jovencito, teniendo que darse en dicha relación un εραστές (erastes) y un ερωμένο (eromenos). Es cierto que son palabras referidas a un contexto de relación homosexual, pero el caso es que nunca podría usarse el plural ερασταί (erastai) para definir una relación de pareja, de amantes o esposos. Los εραστές-ερωμένο (erastes)-(eromenos) no son ερασταί (erastai) entre sí, porque este plural alude a una igualdad entre las dos personas en la relación que mantengan. Pero entonces, ¿a qué se refiere que dos santos sean llamados ερασταί (erastai)?, (suponiendo siempre que sea verdad que Santos Sergio y Baco son llamados así). Pues es sencillo, si traducimos el término al latín ερασταί (erastai) = amatores (amadores o amantes). Resulta que la palabra sí se refiere a amar, pero no necesariamente a gente que se ama entre sí, sino que aman. Por ejemplo: “Juan y Miguel son ερασταί (erastai, amatores), amantes del senderismo” ¿Son amantes Juan y Miguel? Sí, claro, pero no entre ellos, sino que tienen un amor común a algo.
Un mejor ejemplo, situado en contexto, lo hallamos en los “Diálogos” de Platón, en boca de Sócrates: En este diálogo, los ερασταί (erastai) son dos jóvenes que discuten por sus aficiones; uno el deporte y otro la poesía y filosofía. O sea, que nada de fornicación. Y es que en este diálogo, estos jóvenes son llamados ερασταί (erastai) porque defienden con pasión su actividad, física uno, intelectual el otro. La defienden con ἔρως (érōs). Y para entenderlo, explico brevemente lo que es el “eros” y su evolución del paganismo al cristianismo.
La filosofía distingue cuatro amores:
1. ἔρως (érōs), un amor que incluye el cuerpo y sus sentidos e instintos. Es natural y físico. El eros es un amor que comprende a toda la persona, incluido su cuerpo y sexualidad en tanto que esta es parte integral de todo ser humano. Somos seres sexuados. Incluye, pero no es exclusiva, las relaciones sexuales entre hombre y mujer. Esto último es importante resaltarlo, pues no se consideraban las relaciones homosexuales verdadero “eros”.
2. Ετοργη (estorgé), cariño, es un amor entre amigos, o los miembros de la familia.
3. Φιλíα (philia), filia, un amor desinteresado por la humanidad, y por sujetos u objetos.
4. Αγα´πη (ágape), es el amor incondicional, el cristiano por excelencia: la caridad.
Estas cuatro formas de amor se integran entre sí, no son entes separados. Quien vive el Αγα´πη (ágape), esa caridad que impele a darse del todo, lo hace con su ἔρως (érōs), su forma de ser y sentir, con su sexualidad masculina o femenina. No hay, o no debe haber una disociación. Por eso la caridad conlleva la compasión, la sensibilidad, la delicadeza, la dulzura, los movimientos del corazón.
Para terminar esta parte: aunque las actas (que recordemos no lo sabemos) les llamasen ερασταί (erastai) no hay que entender que sea el plural de amante sexual, pues no es un simple plural, sino una categoría diferente. Que todo lo que hoy sea erótico sea genital y sexual, no implica que en la antigüedad significara lo mismo. Es verdad que es una expresión que tiende a confundir, pero es solo eso. Y si ya entramos en el campo de la hagiografía, lo más probable es que Sergio y Baco ni siquiera se hayan conocido jamás, puesto que sus lugares de culto están diferenciados, los días de martirio y celebración son distintos y es en Occidente donde se les une a 7 de octubre.
Por otro lado, ¿de verdad alguien puede creer que siendo el cristianismo contundente con el tema de la homosexualidad iban a escribirse unas actas tardías y laudatorias donde se dijera que dos hombres eran una pareja homosexual? Los defensores de esta tesis pretenden decir que sería una prueba de que la Iglesia primitiva aprobaría las relaciones y aún los matrimonios homosexuales, pero sin embargo, no pueden aportar otra prueba ni documento, eclesiástico o no. Tendría gracia que la misma Iglesia que reprueba los actos homosexuales redacte unas actas en las que dos santos son tratados como homosexuales.
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