Santo Tomás Apóstol
Apóstol.
Mártir. 72.
Poco se recuerda de Santo Tomás Apóstol, no obstante, gracias al cuarto Evangelio, su personalidad está más clara para nosotros que la de algunos otros de los doce. Primero, cuando Jesús anuncia su intención de regresar a Judea para visitar a Lázaro, Tomás, que es llamado “Dídimo” (el mellizo), dice a los otros discípulos: “Vayamos también nosotros a morir con Él” (Juan 11:16).
De nuevo es Tomás quien, durante el discurso antes de la Última Cena, pone una objeción: “Le dice Tomás: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿Cómo podemos saber el camino?” (Juan 14:5).
Pero Tomás es especialmente
recordado por su incredulidad, cuando los otros Apóstoles le anuncian la
Resurrección de Cristo: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no
meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no
creeré” (Juan 20:25); pero, 8 días después, hizo su acto de fe, acatando el
reproche de Jesús: “Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han
visto y han creído. “ (Juan 20:29).
Por otro lado, la tradición de que Santo Tomás predicó en "India" se extendió ampliamente por Oriente y Occidente. Es difícil todavía descubrir algún fundamento adecuado para la creencia, largamente aceptada, de que Santo Tomás realizó sus viajes misioneros por el lejano sur de Mylapore, no lejos de Madrás, y allí sufrió el martirio.
En esta región todavía se encuentra una cruz en un bajorrelieve de granito con una inscripción en pahlavi (persa antiguo) datada en el siglo VII, y la tradición de que fue allí donde Santo Tomás entregó su vida es localmente muy fuerte.
Es cierto también que en el Malabar o costa oeste del sur de la India, todavía existe un grupo de cristianos que aún usan un tipo de siríaco como lengua litúrgica. Parece difícil determinar si esta Iglesia data del tiempo de Santo Tomás Apóstol (hubo un Obispo Siro Caldeo, Juan, "de India y Persia" que asistió al Concilio de Nicea en el año 325) o si el Evangelio fue por primera vez predicado allí en el año 345 bajo la persecución persa de Shapur (o Sapor), o si lo fue por los misioneros sirios que acompañaron un cierto Tomás Cana y penetraron en la costa Malabar alrededor del año 745.
Además del "Acta Thomae" de la que existe una redacción, diferente y notablemente más corta, en etíope y latín, existe un breve formulario de un así llamado, “Evangelio de Tomás", originalmente gnóstico, y, tal y como ahora lo conocemos, meramente una historia fantástica de la niñez de Jesús, sin ningún notablemente tinte herético. Hay también una "Revelatio Thomae", condenada como apócrifo por el Decreto del Papa Gelasio que se ha recuperado recientemente de diversas fuentes de modo fragmentado.
Evangelio de Santo TomásOtra leyenda piadosa añade una nueva incredulidad a la vida de Tomás. Como se negaba a creer en la Asunción de María, hace abrir su tumba y la encuentra llena de flores. Entonces la Virgen, desde el cielo, desanuda su cinturón y lo deja caer en manos de Tomás, quien nuevamente cree "por haber visto". Por este motivo, Tomás es representado a veces con el "sagrado cinto" entre sus manos. La reliquia es venerada desde el siglo XII en Prato, Italia.
En los primeros siglos de la era cristiana circularon varios escritos que se presentaban a sí mismos como redactados por el apóstol Tomás. El más importante de todos ellos es sin duda el Evangelio de Tomás, apócrifo descubierto en 1945 en Nag Hammadi.
Si bien el ejemplar conservado pertenece a la primera mitad del siglo IV, muchos estudiosos consideran que la obra en sí es mucho más antigua; las fechas de composición, no obstante, varían entre el siglo I, con lo cual sería contemporáneo de los evangelios canónicos, y el siglo III. Se trata de un conjunto de 114 dichos (logia) de Jesús, que son pronunciamientos de Jesús o producto de sus conversaciones con los discípulos. Carece de material narrativo: no relata «hechos» de Jesús. El Evangelio de Tomás hace especial hincapié en que el Reino de Dios está dentro de nosotros: "Si vuestros guías os dicen que el Reino está en el cielo, los pájaros os precederán. Si os dicen que está en el mar, entonces los peces os precederán. El Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros".
El Evangelio de Tomás fue considerado herético por los Padres de la Iglesia. Fue conocido y mencionado por varios escritores cristianos de los primeros siglos (Hipólito de Roma, Orígenes, Eusebio de Cesárea, Cirilo de Jerusalén, etc.), que siempre indicaron que era un libro perteneciente a círculos separados de la Iglesia, aceptado por los gnósticos y en particular por los maniqueos. La investigadora Elaine Pagels sostiene que el Evangelio de Juan fue escrito en respuesta a esta obra.
Otro apócrifo fue puesto bajo la autoría de Tomás; se trata del Evangelio del Pseudo Tomás (no confundir con el anterior), escrito probablemente a finales del siglo II, tal vez en Siria, que se encuadra en el grupo de los apócrifos de la Infancia.
En el texto gnóstico del siglo III "Pistis Sophia", Tomás es citado como uno de los tres testigos encargados de transmitir las enseñanzas de Jesús, junto a los apóstoles Felipe y Mateo, lo que parece demostrar que estaba bastante difundida su inclusión entre los evangelistas.
Los
Cristianos Tomitas
Cuando los portugueses arribaron a la India, hacia finales del siglo XV, se encontraron con unas comunidades cristianas que sostenían haber sido fundadas por el Apóstol Santo Tomás, cuando él evangelizó la India después de la muerte y resurrección de Cristo.
Localizados en la costa sud-occidental del actual estado de Kerala,
India, sus comunidades se encontraban plenamente integradas dentro de la
compleja sociedad de la India, como una casta separada. Estas comunidades se
hallaban en comunión plena con la Iglesia Asiria, la cual desde los primeros
siglos les había enviado Obispos con una cierta regularidad con el propósito de
ordenar diáconos y sacerdotes.
En
el siglo VIII, la India recibió a su propio Metropolita, a quién le fue asignado
el décimo lugar dentro de la estructura jerárquica asiria, pero debido a que
los Metropolitas generalmente no hablaban la lengua local, la jurisdicción real
estaba en manos de un sacerdote indio quien portaba el título de: “Archidiácono
de Toda la India”; él, en efecto, era el superior civil y religioso de toda la
comunidad, situación que sólo cambiaría con la llegada de los portugueses.
La
colonización portuguesa fue el comienzo de una triste historia de latinización
forzada, la cual no hizo mas que provocar profundos malestares y cismas entre
los cristianos tomitas. En la actualidad sus descendientes, alrededor de
5.000.000 de personas, están repartidos dentro de 5 Iglesias Orientales,
incluyendo a aquellos 15.000 quienes aún responden a la Iglesia Asiria de
Oriente; a saber las restantes jurisdicciones entre los que se reparten los
cristianos tomitas son: La Iglesia Ortodoxa Siriana, la Iglesia Ortodoxa
Siriana Malankara, la Iglesia Católica Siro-Malabar, y la Iglesia Católica
Siro-Malankar.
Otro aspecto curioso e interesante de los cristianos Tomitas, es la existencia de una comunidad étnica distintiva del resto, conocidos como los “knanaya”; de acuerdo a la tradición, sus orígenes pueden remontarse a un grupo de 72 familias judeo-cristianas quienes emigraron a la India alrededor del año 345, y parece ser que hay ciertas evidencias que respaldan a esta tradición.
Los
descendientes de estos antiguos inmigrantes, los cuales no contraen matrimonio
con personas ajenas a su comunidad, (actualmente unos 2.000.000 de miembros),
están divididos dentro de dos diócesis étnicas en Kerala; una pertenece a la
Iglesia Católica Siro-Malabar, y la otra responde al Patriarcado Ortodoxo
Siriano. Es de destacar, que en el año 1982, una diócesis Siriana Ortodoxa
Knanaya fue establecida en Norteamérica, la cual cuenta con 9 parroquias en
EEUU y Canadá; también existen otras tres comunidades Católicas Knanaya en los
EEUU.
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