San Eduardo Mártir de Inglaterra

     

                                                     Rey de Inglaterra. Mártir. 979.

Fueron sus abuelos paternos Santa Aelfgifu y San Edmundo I "el Magnífico"Fue el hijo mayor del rey San Eduardo I, el Pacificador. Sobre su madre, algunos dicen fue la Beata Wulfrida, quien había sido violada por San Eduardo I, naciendo de este acto una hija la ilegítima, Santa Edith. Pero en realidad no consta que Wulfrida haya tenido más hijos con Eduardo, pues se retiró como monja a la abadía de Wilton. Otras versiones dicen que su madre fue una dama casada llamada Æthelflæd, pero sin prueba alguna. En cualquier caso, no habría nacido nuestro Eduardo dentro de un matrimonio legítimo. Además fue tío de San Eduardo el Confesor, nacido alrededor de 962 y muerto en marzo de 979. 

Tras la muerte de su padre en 975, su ascensión al trono se topó con la oposición de su madrastra, la Reina Elfrida, quien se empeñaba en asegurar la corona para su propio hijo Ethelred, de 7 años, empresa en la que finalmente tuvo éxito. 


La reclamación de Eduardo por la sucesión al trono, sin embargo, encontró apoyo en San Dunstan, en el clero, y en la mayoría de los nobles. 

Después de que los miembros del Concejo oyeron la apelación, Eduardo fue coronado Rey por San Dunstan.

Aunque con tan sólo 13 años, el joven monarca ya había dado señales de su gran santidad, y durante su breve reinado de tres años se ganó el afecto de su pueblo por sus muchas virtudes. 

Fue su madrastra, quien aún tramaba pérfidos planes en su contra, la que al final maquinó para llevar a cabo su muerte.

Ocurrió que mientras se encontraba de cacería en Dorsetshire en el año 979, el joven Rey llamó a la puerta del Castillo Corfe, donde vivía su madrastra.

 Mientras, montado sobre su caballo, bebía un vaso de aguamiel que le habían ofrecido en la puerta del castillo, un asesino, esbirro de la Reina, lo apuñaló en el abdomen. 

Según la leyenda, inmediatamente después del asesinato, hicieron que su caballo arrastrara el cuerpo deslizado de la silla de montar y con un pie en el estribo, cayendo en la base de la colina sobre la cual el castillo de Corfe se encontraba. 

La reina entonces ordenó que se ocultara el cuerpo en una choza cercana. Dentro de la choza, sin embargo, vivía una mujer ciega de nacimiento a quien la reina ayudaba por caridad. Durante la noche, una luz maravillosa apareció y llenó la choza entera y, con gran temor, la mujer gritó: -"¡Señor, ten misericordia!"- recibiendo repentinamente la vista. Entonces descubrió el cuerpo del rey. 

La iglesia de St. Edward en el castillo de Corfe ahora está construida sobre el sitio de este milagro. 

Al amanecer la reina supo de lo ocurrido y, asustada, recogió el cuerpo y lo enterró de acuerdo a su rango, cerca de Wareham. Un año después del crimen apareció una columna de fuego sobre el lugar en donde el cuerpo había sido ocultado, encendiéndose encima de toda área.

Esto fue visto por algunos de los habitantes de Wareham, que sacaron el cuerpo de la sepultura dada por la reina. Un brote claro de agua se originó inmediatamente en ese lugar, siendo conocida desde entonces como agua curativa. Acompañado por una muchedumbre de campesinos, el cuerpo fue llevado a la iglesia de la Santa Madre de Dios de Wareham y enterrado en el extremo este de la iglesia. Esto ocurrió el 13 de febrero de 980.

Numerosos milagros se atribuyen a su intercesión. Elfrida, presa del arrepentimiento por sus crímenes, ordenó la construcción del Monasterio de Ambresbury y el de Wherwell, donde pasaría sus últimos días en penitencia.

La violencia de la muerte de San Eduardo, unido al hecho de que la facción contraria a la suya había sido la de los paganos, y de que él siempre había actuado como un defensor de la Iglesia, ganó para él el título de mártir, asignado en todos los antiguos calendarios ingleses, así como también en la Martiriología romana.

Eduardo fue finalmente canonizado en un concilio inglés en el año 1008, presidido por Alpagio, arzobispo de Canterbury (luego martirizado por los daneses en 1012), y el rey Etelredo ordenó que sus festividades fueran de 3 días: el 18 de marzo (día de su muerte), el 13 de febrero (día de su milagrosa sepultura en Wareham) y el 20 de junio (en cuya fecha, en el año 1001sus restos fueron inhumados y se vio que presentaba incorruptibilidad cadavérica). 

La abadía de Shaftesbury fue rededicada a La Virgen María y a Eduardo. Muchos milagros siguieron sucediendo en su sepulcro en los siglos venideros, incluyendo la cura de la lepra y la devolución de la vista a los ciegos. En el siglo XVI, durante el reinado de Enrique VIII, cuando ocurrió la destrucción en masa de monasterios y conventos, el cuerpo de Eduardo fue escondido para salvarlo de la furia del rey.

En 1931, las reliquias fueron recuperadas por Wilson Claridge-Claridge durante una excavación arqueológica; su identidad fue confirmada por el Dr. T. E. A. Stowell, un osteólogo. En 1970 exámenes realizados en las reliquias sugirieron que el joven había sido acuchillado en la parte posterior mientras montaba su caballo y después había sido arrastrado a lo largo de la tierra por el animal aterrorizado con su pie cogido en un estribo.

En 1982, el señor Claridge-Claridge donó las reliquias a la Iglesia ortodoxa rusa, que las puso en una iglesia en el cementerio de Brookwood, en Woking, Surrey. Organizaron a la fraternidad de monjes de la Orden de Eduardo para custodiarlo allí. La iglesia ahora se llama Iglesia Ortodoxa de Eduardo el Mártir.



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