San Ubaldo de Gubbio
Obispo de Gubbio.1168.
Nacido de una familia noble en Gubbio, Umbría, Italia, hacia el comienzo del siglo XII. Mientras aún era muy joven, habiendo perdido a su padre, fue educado por el Prior de la Iglesia Catedral de su ciudad nativa, donde fue Canónigo Regular. Deseando servir a Dios con más regularidad pasó al Monasterio de San Secondo, en la misma ciudad, donde permaneció por algunos años.
Llamado por su Obispo, regresó al Monasterio de la Catedral, donde fue nombrado Prior. Habiendo escuchado que el Beato vienés, Pedro de Honestis algunos años antes había establecido una ferviente comunidad de Canónigos Regulares, a quienes les había dado especiales estatutos aprobados por Pascual II, Ubaldo fue allí, permaneciendo con sus hermanos canónigos por tres meses, para aprender los detalles y la práctica de sus reglas, anhelando introducirlas a sus propios canónigos de Gubbio. Esto hizo a su regreso.
Ubaldo tuvo que convertir a los Canónigos Regulares de Gubbio donde había sido nombrado Padre Prior. Éstos seguían haciendo sonar las horas canónicas con el fin de edificar al pueblo. Pero por desgracia no se preocupaban por asistir a ellas y por las noches se quedaban en la cama en vez de ir a los maitines y por el día frecuentaban las casas con buenas reputaciones culinarias. Se consideró un verdadero milagro haber devuelto el fervor a todo el Cabildo.
Sirviendo a Dios con gran método, pobreza (ya que todo su patrimonio de riquezas los había repartido entre los pobres y en la restauración de monasterios), humildad, mortificación, docilidad, y fervor, la fama de su santidad se esparció en todo el país y muchos obispados le fueron ofrecidos, pero no aceptó ninguno de ellos.
Sin embargo, estando vacante la sede episcopal de Gubbio, fue enviado por el pueblo, con algunos clérigos, para pedir un nuevo Obispo al Papa Honorio II quien, habiéndolo consagrado, lo mandó de regreso a Gubbio.
Para su pueblo se convirtió en modelo de todas las virtudes cristianas y un poderoso protector de todas sus necesidades tanto temporales como espirituales. Su presencia salvó a la ciudad de ser saqueada por Federico Barbarroja.
El santo practicó todas las virtudes dignas de un sucesor de los Apóstoles, pero se distinguió sobre todo por la mansedumbre y paciencia con que soportaba las injurias y afrentas, como si fuese insensible a ellas. En cierta ocasión, los obreros que reparaban las murallas de la ciudad, penetraron en la viña de San Ubaldo y dañaron las plantas.
Al ver esto, el santo les rogó que procediesen con mayor cuidado; pero el capataz, que probablemente no le reconoció, le propinó un empellón con el que le hizo caer en un charco de barro. San Ubaldo se levantó cubierto de lodo y se retiró sin decir palabra; pero algunos testigos del incidente esparcieron la noticia y el pueblo pidió que se castigase al capataz. La gran indignación popular estaba a punto de ejecutar un castigo brutal contra el capataz, cuando se presentó San Ubaldo en la corte y manifestó que, como se trataba de una ofensa cometida contra un miembro del clero, el culpable debía ser juzgado por el obispo. Después, se acercó al acusado, le dio el beso de paz en señal de reconciliación, rogó a Dios que le perdonara ésa y todas las otras injurias que hubiese cometido en su vida y pidió al juez que dejara en libertad al reo.
Murió lleno de méritos, luego de una larga y dolorosa enfermedad de dos años. El Papa Celestino II lo canonizó en 1192 por petición del obispo Bentivoglio.
Cuerpo Incorrupto del Santo en la Catedral de GubbioEl cuerpo del santo hombre, que había sido enterrado en la Iglesia Catedral por lo obispos de Perugia y Cagli, para la época de su canonización fue encontrado flexible e incorrupto. Fue entonces ubicado en un pequeño oratorio en la parte superior de la montaña que se encuentra a un lado de la ciudad, donde en 1508, por deseo del Duque de Urbino, los Canónigos Regulares levantaron una hermosa iglesia, frecuentada hasta hoy por numerosos peregrinos, quienes vienen a visitar las reliquias de su protector celestial de cerca y de lejos.
Cuerpo Incorrupto del Santo en la Catedral de Gubbio
Comentarios
Publicar un comentario