Santa Anastasia de Roma o de Sirmio
Matrona.
Mártir. 249.
Fue una ilustre matrona romana, discípula de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. Hija de un noble senador romano. Su padre era pagano pero su madre cristiana.
Su vida y su muerte están vinculadas a las vidas de los dos grandes pilares de la Iglesia naciente y a la de su compañera Santa Basilisa, que sufrió con ella el martirio. Fiel a su nombre, sostenía la fe en la resurrección de los muertos, por lo que puso todo su afán en recuperar los cuerpos de ambos santos después que sufrieron martirio, para enterrarlos dignamente.
Desde su niñez se aferró con amor al Señor Jesús, instruida en la fe cristiana por un piadoso maestro, Crisógono. Obligada por su padre, Anastasia se casó con un terrateniente pagano llamado Publio; mas usando el pretexto de estar en su periodo mensual, nunca tuvo relaciones con él. Por esto, su esposo la torturó cruelmente usando el confinamiento y la inanición, y la afligió con aún más fuertes torturas cuando descubrió que iba secretamente a las prisiones de los mártires cristianos, atendiendo sus necesidades, curando sus heridas, y desatando sus cadenas.
Mas por la providencia de Dios, Anastasia fue librada de su malvado esposo. Publio fue enviado a Persia por el Emperador, y se ahogó en el viaje. Entonces Santa Anastasia comenzó a ayudar abiertamente a los mártires cristianos, y con su herencia daba limosnas a los pobres.
Cierta vez, el Emperador Diocleciano estuvo en la cuidad de Aquilea, y ordenó que el confesor de Cristo, Crisógono (que había sido el maestro de Anastasia) fuese traído ante él. Mientras lo llevaban de camino, Anastasia lo siguió. El santo Crisógono fue degollado por orden del Emperador, y tras él sufrieron las hermanas Santas Agapia, Quionia, e Irene, las primeras dos siendo arrojadas al fuego, y la tercera atravesada por flechas.
Santa Anastasia tomó sus cuerpos, los envolvió en lino blanco, y ungiéndolos con especias aromáticas, las enterró. Entonces Anastasia se marchó a Macedonia, donde continuó ayudando a los que sufrían por Cristo.
Pero he aquí que siendo la voluntad del Emperador acabar radicalmente con los cristianos, perseguía con especial encarnizamiento a los que cuidaban de conservar la memoria y el culto de los mártires. Denunciada, pues, Anastasia ante el Prefecto de la ciudad por haber recuperado las reliquias de tan insignes mártires, fue conducida a su presencia. El Prefecto intentó por todos los medios que Anastasia, insigne romana, negase las acusaciones que sobre ella se le habían presentado. Pero ésta, no sólo no quiso aprovechar las facilidades que le ofrecía el Prefecto, sino que confesó con toda energía que era cristiana y que seguiría siéndolo.
Un cierto sacerdote pagano, llamado Ulfiano, trató de tocar el cuerpo de Anastasia por lujuria; pero inmediatamente se quedó ciego y murió. Condenada a muerte por inanición, Santa Anastasia permaneció en prisión por 30 días, alimentándose sólo con lágrimas y oración.
Después de esto, la pusieron en una nave con muchos otros cristianos para que se ahogara, pero Dios la salvó de esta muerte.
Finalmente fue atada a cuatro aros sobre el fuego, y así entregó su santa alma en manos de Dios.
Hacia el año 300 otra matrona romana, Apolonia, convirtió su Palacio en Iglesia dedicada a venerar a Santa Anastasia y guardar sus reliquias. El templo fue restaurado desde sus cimientos en el año 795 por el Papa León III.
Basílica de Santa Anastasia de RomaEsta mártir disfruta la distinción, única en la liturgia romana, de tener una conmemoración especial en la segunda misa en el día de Navidad. Esta misa fue originalmente celebrada, no en honor del nacimiento de Cristo, sino en conmemoración de esta mártir, y hacia el fin del siglo V su nombre se insertó también en el canon romano de la misa.
No obstante, ella no es un santo romano, porque sufrió martirio en Siria (Sirmium) y no se veneró en Roma hasta casi el fin del siglo V. Es verdad que una antigua leyenda, no anterior al siglo VI, hace romana a Anastasia, incluso en esta leyenda, ella no sufrió ningún martirio en Roma. La misma leyenda conecta su nombre con la de San Crisogono, igualmente mártir no romano, que sitúa su muerte en Aquileia, aunque él tenía una iglesia en Roma dedicada a su honor.
Según esta "Passio", Anastasia fue la hija de Praetextatus, un "vir illustris" romano, y tuvo a Crisogono por maestro. Tempranamente en la persecución de Diocleciano, el Emperador llamó a Crisogono a Aquileia donde él sufrió martirio. Anastasia, habiendo ido de Aquileia a Siria a visitar a los fieles de ese lugar, fue decapitada en la isla de Palmaria, el 25 diciembre, y su cuerpo enterrado en la casa de Apolonia que se había convertido en una Basílica.
El informe entero es completamente legendario, y no se apoya en ningún fundamento histórico. Todo lo que es seguro es que una mártir llamada Anastasia dio su vida por la fe en Siria, y que su memoria se mantuvo sagrada en aquella iglesia.
El llamado "Martyrologium Sieronymianum" registra su nombre el 25 diciembre, no para Siria solamente, sino también para Constantinopla, una circunstancia basada en una historia separada. Según Theodorus Lector durante el patriarcado de Gennadius (458-471) el cuerpo de la mártir se transfirió a Constantinopla y se enterró en una iglesia que había sido hasta aquí conocida como "Anastasis"; desde allí la iglesia tomó el nombre de Anastasia.
De igual manera el culto de Santa Anastasia se introdujo en Roma desde Siria por medio de una iglesia ya existente. Como esta iglesia ya era bastante famosa, puso la fiesta de la santa en especial prominencia. Allí existió en Roma desde el siglo IV, al pie del Palatino y anterior el Circo Maximus, una iglesia que había sido ornada por el Papa Damasus (366-384) con un mosaico grande. Era conocido como "Titulus Anastasix", y se menciona como tal en las Leyes del Concilio romano de 499.



















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