San Gelasio I
Papa. 496.
Papa N° 49 de la Iglesia. Gelasio nació en la provincia romana del norte de África antes de que el rico territorio finalmente atrajera y cayera en manos de los vándalos invasores y su nuevo reino que establecieron en Cartago en 428. El resto de su vida, cada vez que se le preguntaba dónde había nacido, Gelasio decía decir que "nací romano en África", revelando su afecto por la tierra de su nacimiento hace mucho tiempo. Esto convirtió a Gelasio en el tercer y último Papa que era un bereber del norte de África por su ascendencia.
Antes de su elección como Papa en marzo del año 492, Gelasio había sido empleado por su predecesor Félix II o III, en la redacción de documentos eclesiásticos, lo cual ha guiado a muchos estudiosos a confundir los escritos de los dos Pontífices.
En su elección al papado, Gelasio mostró de una vez la fuerza de su carácter y su elevada concepción de su posición, al tratar con los adherentes de Acacio. A pesar de los esfuerzos de Eufemio de Constantinopla (quien de otra forma hubiese sido Patriarca ortodoxo) y de las amenazas y argucias por las que el Emperador Atanasio trató de obtener reconocimiento de la Sede Apostólica, aunque fuertemente presionado por dificultades locales, Gelasio no pactaría una paz que comprometiera en mínimo grado los derechos y honores del trono de Pedro.
Ha sido bien dicho que en ninguna parte de éste período, han sido hallados más fuertes argumentos a favor de la primacía de la sede de Pedro, que en las obras y escritos de Gelasio. Nunca se cansó de repetir que Roma no debe su principado eclesiástico a ningún Sínodo Ecuménico ni a cualquier importancia temporal que ella misma pueda poseer, sino a la divina institución de Cristo mismo, quien confirió esa supremacía sobre la Iglesia universal a Pedro y sus sucesores.
En su trato con Emperadores, ha coincidido con los grandes Pontífices medievales: "Hay dos poderes con los cuales mayormente es gobernado éste mundo: la Sagrada autoridad del Sacerdocio y la autoridad de los Reyes. Y de éstas, la de los Sacerdotes es la de mayor peso, siendo que deben rendir cuentas ante Dios, aun de los Reyes de los hombres".
Fue firme con el asunto de los "Dípticos" (registro de obispos difuntos para hacer conmemoración de ellos en el altar), conminando a Eufemio, Patriarca de Constantinopla, a que borrara de dicha lista a Acacio y a Flavitas, Patriarcas anteriores, extremadamente condescendientes con los herejes eutiquianos. Eufemio, fiel a la verdad católica que sería desterrado por su ortodoxia, no quitaba el nombre por considerar una intromisión de Gelasio en su autoridad episcopal, y, por otro lado, Acacio no había rechazado nunca al Concilio de Calcedonia ni a la fe católica. Este asunto no se resolvió hasta el pontificado de San Hormisdas, cuando en 518, Juan, Patriarca de Constantinopla, quitó el nombre de Acacio por orden del Emperador Justino.
Problemas fuera de las fronteras no fueron las únicas ocasiones en las que Gelasio usó su fuerza y energía: las lupercalias, vestigio supersticioso y licencioso del paganismo en Roma, fueron finalmente abolidas por el Papa tras una larga controversia. Se enfrentó a Andrómaco, senador que intentó rescatar los Lupercales en honor del dios Pan.
El Emperador Anastasio también supo de la severidad de Gelasio por su tolerancia con los vándalos y otros herejes. Y también excomulgó a Thrasimund, rey de los vándalos, por la persecución contra la Iglesia en África, pero como este era arriano recibió la sentencia con indiferencia.
Fue combativo contra la simonía, prohibiendo a los clérigos que tuvieran comercios o negocios propios, para que no se mezclara la venta de asuntos profanos sellados con promesas espirituales o el Sacrificio del Altar. Dedicó varias iglesias en Roma, como la de Santa Eufemia, la basílica de Santos Nicandro y Eleuterio en la Vía Lavicana, y la basílica de Santa María en la Vía Laurentina.
Fiel defensor de las antiguas tradiciones, Gelasio siempre supo cuándo hacer excepciones o modificaciones, como su decreto obligando la recepción de la Sagrada Eucaristía bajo las dos especies. Esto fue hecho como manera efectiva de poner en evidencia a los maniqueos, quienes, aunque presentes en Roma en grandes cantidades, buscaban desviar la atención de su propaganda oculta, fingiéndose católicos. Por el hecho de considerar al vino como impuro y esencialmente pecaminoso, rechazaron el cáliz y así fueron reconocidos.
Más tarde, con el cambio de condiciones, el antiguo y normal método de recibir la Santa Comunión solamente bajo la especie del pan retornó a su vigencia. A Gelasio debemos las ordenaciones en días especiales, así como el reforzamiento de la división en cuatro partes de los ingresos eclesiásticos (ya sean provenientes de haciendas o como donaciones voluntarias a la fe: una porción para los pobres; otra para manutención de Iglesias y el esplendor del servicio divino; una más para el Obispo y la última para el clero menor).
En el plano litúrgico, Gelasio tiene un papel importante, pues su Sacramentario recoge el rito romano de su época, y establece ritos que actualmente seguimos celebrando, como la adoración a la Cruz el Viernes Santo (que proviene de un rito propio de Jerusalén), la bendición de los óleos para los bautismos, las consagraciones a los enfermos.
Igualmente es Gelasio quien instituye la bendición del agua, de las imágenes sagradas y las casas, etc. El Sacramentario igualmente recoge los nombres de los mártires que la Iglesia romana celebraba en su tiempo, como San Jorge, Santa Beatriz o Santa Cecilia, evidenciando el antiguo culto a estos. También compuso himnos sagrados a los santos mártires, pero no se conservan. También fijó las cuatro Témporas del año Litúrgico.
En 494 Gelasio convocó un Concilio en Roma en el cual se publicó su "Decreto sobre las Obras Católicas", confirmando libros canónicos de la Sagrada Escritura, las obras de los Padres, y una lista de libros apócrifos, señalando que si bien podían ser buenos para la instrucción y la piedad, no debían ser enseñados como verdad. Por ejemplo, la Leyenda de la Invención de la Santa Cruz entró dentro de estas leyendas piadosas, así como los "Hechos de Pablo y Tecla" y, sorprendentemente, la "Historia Eclesiástica" de Eusebio.
San Gelasio murió el 21 de noviembre de 496, con solo cuatro años de pontificado. Fue sucedido por Anastasio II. Fue sepultado en la primitiva Basílica de San Pedro, y en la actual Basílica está situada en la zona del pórtico. En su vida privada, Gelasio poseyó un visible espíritu de oración, penitencia y estudio. Se deleitó grandemente en compañía de monjes y fue verdadero padre de los pobres, muriendo con las manos vacías en virtud de su abundante caridad.
Comentarios
Publicar un comentario