San Lorenzo O'Toole
Arzobispo de Dublín. Confesor. 1180.
Nacido alrededor de 1128, en el actual Condado Kildare (Irlanda). Cuando el niño nació, su padre dispuso pedirle a un Conde enemigo que quisiera ser padrino del recién nacido. El otro aceptó y desde entonces estos dos Condes (ahora compadres) se hicieron amigos y no lucharon más el uno contra el otro.
Su padre era el Conde de Hy Murray y su madre pertenecía al clan O'Byrne. Cuando el niño tenía 10 años, un Conde enemigo de su padre le exigió como condición para no hacerle la guerra que le dejara a Lorenzo como rehén. El Sr O’Toole aceptó y el jovencito fue llevado al castillo de aquel guerrero.
Pero allí fue tratado con crueldad y una de las personas que lo atendían fue a comunicar la triste noticia a su padre y este exigió que le devolvieran a su hijo. Como el tirano no aceptaba devolverlo, el Sr O’Toole le secuestró 12 capitanes al otro guerrero y puso como condición para entregarlos que le devolvieran a Lorenzo.
El otro aceptó pero llevó al niño a un Monasterio, para que apenas entregaran a los 12 secuestrados, los monjes devolvieran a Lorenzo. Y sucedió que al jovencito le agradó inmensamente la vida del Monasterio y le pidió a su padre que lo dejara quedarse a vivir allí, porque en vez de la vida de guerras y batallas, a él le agradaba la vida de lectura, oración y meditación. El buen hombre aceptó y Lorenzo llegó a ser un excelente monje en ese monasterio.
En 1140 el muchacho obtuvo permiso para entrar a la escuela monástica de Glendalough. En el valle santuario estudió por 13 años haciéndose notar por su piedad y aprendizaje. Tan grande era su reputación a los ojos de la comunidad que al morir el Abad Dunlaing, a principios de 1154, fue unánimemente llamado a presidir la Abadía de San Kevin.
Dermot, Rey de Leinster, se casó con Mor, hermana de San Lorenzo, y aunque su carácter ha sido pintado en colores obscuros por los analistas nativos, era un gran amigo de la Iglesia. En el año 1151 fundó un convento Agustino. También fundó una Abadía para monjes Cistercienses en Baltinglass, y una Abadía para Canónigos Agustinos en Ferns.
Por aquellos tiempos hubo una tremenda escasez de alimentos en Irlanda por causa de las malas cosechas y la gente hambrienta recorría pueblos y veredas robando y saqueando cuanto encontraban.
El Abad Lorenzo salió al encuentro de los revoltosos, con una cruz en alto y pidiendo que en vez de dedicarse a robar se dedicaran a pedir a Dios que les ayudara. La gente le hizo caso, se calmaron y él, sacando todas las provisiones de su inmenso monasterio las repartió entre el pueblo hambriento. La caridad del santo hizo prodigios en aquella situación tan angustiante.
Por su humildad, San Lorenzo declinó la sede de Glendalough en 1160, pero a la muerte de Gregorio, Arzobispo de Dublín en 1161, fue escogido para la sede vacante y fue consagrado en la Catedral Iglesia de Cristo por Gelasio, Primado de Armagh, a principios del siguiente año. Este nombramiento de un irlandés nativo y su consagración por el sucesor de San Patricio marca el paso de la supremacía escandinava en la capital irlandesa, y la emancipación de la obediencia canónica a Canterbury que había obtenido bajo los Obispos daneses de Dublín.
El primer cuidado del santo fue reformar al clero y dar buenos ministros a la Iglesia. Para ello obligó a los canónigos de su catedral a adoptar la regla de los canónigos regulares de Arrouaise. Dicha abadía, fundada en Arras en 1090, gozaba de tal fama de santidad y disciplina, que se convirtió en el modelo de muchas otras.
El propio San Lorenzo tomó el hábito, comía con los religiosos, observaba el silencio como ellos y con ellos asistía al oficio de media noche. El rey Dermot había impuesto en la sede de Glendalough a un obispo tan indigno, que el pueblo le expulsó al poco tiempo. Para sustituirle, fue elegido Tomás, un sobrino de San Lorenzo. Ese joven abad y obispo consiguió restablecer la disciplina y hubo un reflorecimiento de la piedad. Desde entonces, San Lorenzo, para huir del bullicio de Dublín, acostumbraba retirarse a Glendalough donde tenía una celda abierta en la roca de un acantilado del Lago Mayor.
Cada día recibía 30, 40 o 60 menesterosos en su Casa Episcopal y él mismo les servía la comida. Todas las ganancias que obtenía como Arzobispo las dedicaba a ayudar a los más necesitados.
El Rey Dermot McMurrogh fue finalmente expulsado de Irlanda a causa de los excesos que había cometido. Para volver a ocupar sus dominios, pidió ayuda a Enrique II de Inglaterra, quien se apresuró a autorizar a sus nobles a unirse a una expedición que colmaba sus deseos.
El jefe de los voluntarios fue Ricardo de Clare, conde de Pembroke, quien en 1170, desembarcó en Waterford, invadió una parte de Leinster y marchó sobre Dublín. San Lorenzo fue elegido para negociar con los invasores, pero, en tanto que se discutían las condiciones, los aliados anglo-normandos de Dermot tornaron Dublín y lo pasaron a sangre y fuego.
Lorenzo volvió a la ciudad para socorrer a los heridos, defender a los sobrevivientes y dar valor a todos. Dermot pereció en el momento de su triunfo. Ricardo de Clare, que estaba casado con Eva, la hija de Dermot y sobrina de San Lorenzo, exigió que se le entregase Leinster. Por entonces, el rey Enrique mandó llamar a sus vasallos, los irlandeses se unieron bajo el mando del rey Rory O'Connor y Ricardo de Clare se encastilló en Dublín. San Lorenzo emprendió otra vez las negociaciones, pero volvieron a fracasar. Ricardo de Clare, en un momento de desesperación, atacó a las fuerzas irlandesas y las derrotó, con lo que puso fin a las esperanzas patrióticas de San Lorenzo y dio comienzo al "problema irlandés".
Unos quince años antes, el Rey Enrique II había obtenido una bula del Papa Adriano IV, llamada «laudabiliter», por la que éste le autorizaba invadir Irlanda, a fin de "someter al pueblo a la ley y desarraigar el vicio", y para reunir "el denario de San Pedro". Se ha discutido la autenticidad de la bula, pero los argumentos no son convincentes. Uno de los que defienden la autenticidad es Dom Gougaud, quien escribe: "Aunque la bula no está redactada en conformidad perfecta con los métodos que empleaba entonces la cancillería pontificia, sin embargo se puede demostrar que concuerda sustancialmente con algunos testimonios contemporáneos indiscutibles" («Christianity in Celtic Lands», p. 408).
Enrique aprovechó la oportunidad que se le presentó entonces de realizar ese benéfico proyecto. En 1171, se le sometieron en Dublín todos los jefes irlandeses, excepto los de Connaught, Tyrconne y Tyrone. Al año siguiente, el monarca reunió un sínodo en Cashel. Allí los obispos se enteraron de la existencia de la bula de Adriano IV, tomaron medidas en favor de la disciplina clerical, adoptaron la forma inglesa de la liturgia romana y pidieron al Papa que confirmase sus decisiones. Así lo hizo el Pontífice. San Lorenzo fue uno de los que aceptaron la bula y dirigieron el sínodo.
A partir de entonces, ejerció repetidas veces el oficio de intermediario entre el rey Enrique y los príncipes irlandeses. En 1175, negoció con éxito un tratado en Windsor entre el soberano inglés y el rey Rory O'Connor. En ese viaje visitó Canterbury y fue recibido por los monjes de Christ Church con el honor que correspondía a su reputación y a su categoría.
Aquella noche la pasó en oración ante las reliquias de santo Tomás Becket. Al día siguiente, cuando se dirigía al altar a oficiar, un loco que había oído hablar mucho de él y quería que fuese mártir como santo Tomás Becket, le descargó un bastonazo en la cabeza. El santo perdió el conocimiento, pero no tardó en recuperarlo, pidió que le lavasen la herida y, en seguida, cantó la misa. El rey condenó a la horca al loco, pero Lorenzo intercedió por él y obtuvo su perdón.
San Lorenzo pronto se aplicó a realizar numerosas modificaciones, comenzando por convertir los cánones seculares de la Catedral Iglesia de Cristo a los cánones Aroasianos en 1163. Tres años después dio su aprobación al Capítulo Fundador del Curato de All Hallows en Dublín (fundado por el Rey Dermot) para la misma Orden de Canónigos Agustinos.
No contento con la estricta observancia de reglas, usaba una camisa de cabellos bajo sus vestiduras episcopales, y practicaba la mayor austeridad ausentándose para un retiro anual de 40 días a la cueva de San Kevin, cerca de Glendalough.
El tercer Concilio Ecuménico de Letrán tuvo lugar en Roma en 1179. San Lorenzo asistió a él con otros cinco obispos irlandeses. Antes de que partiesen de Inglaterra, Enrique II los obligó a jurar que no harían ante la Santa Sede ninguna representación que pudiese perjudicar su posición en Irlanda.
San Lorenzo expuso al Papa el estado de la Iglesia en Irlanda y le pidió que tomase medidas eficaces contra muchos desórdenes y defendiese los derechos de la Iglesia. El Sumo Pontífice, a quien agradaron las proposiciones del santo, confirmó todos los derechos de su sede, le dio jurisdicción sobre cinco diócesis sufragáneas y le nombró legado suyo en Irlanda. En cuanto Lorenzo volvió a su país, empezó a ejercer vigorosamente sus poderes de legado.
Pero Enrique II, recordando el caso de Becket, miraba con recelo la autoridad que Roma había concedido a Lorenzo. Así pues, cuando el santo fue a verle a Inglaterra, en 1180, para negociar la paz con Rory O'Connor, el monarca le impidió volver a su país. Lorenzo esperó tres semanas en Abingdon y entonces decidió ir a ver a Enrique II a Normandía. En efecto, cruzó el Canal de la Mancha y desembarcó en un sitio próximo a Le Tréport, que actualmente se llama Saint-Laurent. El rey le dio permiso de volver a Irlanda. Pero el santo cayó gravemente enfermo durante el viaje. Poco antes de llegar a la abadía de los canónigos regulares de San Víctor de Eu, murmuró: "éste es mi descanso por los siglos de los siglos". La muerte no le sorprendía desprevenido. Como el abad le sugiriese que escribiera su testamento, San Lorenzo replicó con una sonrisa: "Dios es testigo de que no tengo ni un céntimo". Más tarde, pensando en su grey, exclamó en irlandés: "¡Ay, pueblo mío alocado y revoltoso! ¿Qué harás ahora? ¿Quién va a mirar por ti en tus infortunios? ¿Quién va a tenderte la mano?".
San Lorenzo O'Toole murió el 14 de noviembre de 1180 y fue canonizado en 1225. La mayor parte de sus reliquias se hallan en la cripta de la iglesia de Nuestra Señora de Eu. Toda Irlanda, los canónigos regulares de Letrán y la diócesis de Rouen (en la que está situada Eu), celebran su fiesta. La mayoría de las reliquias que se encontraban en Irlanda e Inglaterra desaparecieron durante el cisma anglicano, bajo el reinado del rey Enrique VIII (1509-1547). La misma catedral donde reposa nuevamente la insigne reliquia, pertenece a la "comunidad anglicana."
Aunque principalmente es venerado por los católicos, su corazón se conservaba en la llamada Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín, popularmente conocida en inglés como Christ Church Cathedral. Fue robado el 3 de marzo de 2012, ante lo cual el diácono Dermot Dunne declaró: "Estoy devastado por el robo de una de las reliquias más preciosas de la catedral".
Reliquia del corazón de San LorenzoEn abril de 2018, el corazón de San Lorenzo fue recuperado. Los medios informaron que los ladrones (que no fueron identificados) pensaron que la reliquia estaba maldita y que causaba enfermedades a los miembros de la familia de dichos ladrones. En una ceremonia vespertina especial en la Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín el 26 de abril de 2018, el arzobispo Michael Jackson recibió el corazón.
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