Santa Macrina la Mayor
Viuda. Confesora. 340.
Nuestro conocimiento de la vida de Macrina la Mayor proviene principalmente del testimonio de los grandes Padres Capadocios de la Iglesia, especialmente de sus nietos: San Basilio, San Gregorio de Nisa y el panegírico de San Gregorio Nacianceno. Ella era la madre de San Basilio el Mayor, padre de San Basilio, de San Gregorio, y de otros hijos cuyos nombres son familiares, incluyendo a Santa Macrina la Joven. Su hogar estaba en Neocaesarea en Ponto. Durante su infancia conoció a San Gregorio Taumaturgo, primer Obispo de su ciudad natal. Como este venerable doctor, que había ganado Neocaesarea casi totalmente para el cristianismo, murió entre el año 270 y 275, se supone que Santa Macrina debió haber nacido antes del año 270.
Durante la persecución de Diocleciano, ella huyó de su ciudad natal con su marido, cuyo nombre ignoramos, y tuvo que padecer muchas privaciones.
Macrina y su esposo sufrieron mucho en la persecución de Galerio y Maximino, hasta el grado de verse forzados a huir y ocultarse de los perseguidores en los bosques del Ponto, durante siete años. Con frecuencia padecieron hambre, y San Gregorio Nacianceno afirma que, en ocasiones sólo sobrevivieron comiéndose a las fieras que, por un milagro de la Providencia, se dejaban cazar dócilmente. Pasado este peligro estalló una nueva persecución, en la que los bienes de Macrina y su esposo fueron confiscados. Según parece, los cristianos les honraron reconociéndoles formalmente el título de confesores de la fe. Macrina sobrevivió a su esposo, pero ignoramos la fecha exacta de su muerte
Ella fue por lo tanto una confesora de la fe durante la violenta tormenta que estalló sobre la Iglesia. En cuanto a la formación intelectual y religiosa de San Basilio y de sus hermanos y hermanas mayores, ella ejerció una gran influencia, sembrando en sus mentes las semillas de la piedad y ese ardiente deseo por la perfección cristiana que más tarde alcanzó un auge tan importante. Como San Basilio nació probablemente hacia el año 331, Santa Macrina debió morir pronto, en la cuarta década del IV siglo.
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